Una de las tecnologías que más está generando noticias es la impresión 3D, pues aunque hasta hace unos años sus aplicaciones solo se limitaban a crear pequeñas piezas, hoy en día ya se habla de automóviles e incluso órganos humanos.
Cómo funciona
Básicamente se trata de añadir diferentes capas del material en sus estado líquido, aunque dependiendo del método pueden utilizarse mezclas entre polvos y polímeros. Mediante un diseño asistido por ordenador (CAD), se ingresan todos los datos, medidas y estructura de la pieza a crear.
La impresora 3D utilizará diferentes facetas triangulares para empezar a crear la pieza, de manera que entre más pequeñas sean estas facetas, mayor precisión tendrán y serán más útiles para productos finales de menor tamaño.
Aplicaciones
Inicialmente el entorno industrial fue el ideal para la fabricación de piezas en un menor lapso de tiempo y, aprovechando la rápida difusión que han tenido, también los costes de la impresión 3D se han reducido.
Sin embargo, desde hace un par de años han empezado a surgir numerosas variantes. Por ejemplo, en el campo de la arqueología se han replicado piezas de enorme valor cultural, que de otro modo tendrían que entrar en contacto con las tradicionales sustancias de moldeo y corren el riesgo de dañar la superficie.
Por otra parte, la biotecnología es uno de los campos más interesantes. Recientemente se han hecho avances en la réplica de tejidos, órganos y diferentes partes del cuerpo a partir de células madre. Se espera que esta tecnología se convierta en la sustituta de la donación de órganos para la próxima década.
Imagen cortesía de Creative Tools (Flickr.com), licencia CC BY 2.0