Uno de los grandes retos de la industria de la aviación y aeronáutica, es contar con procesos de fabricación de piezas para todos sus componentes que reduzcan los costos de producción, sean de alta calidad y además, amigables con el medio ambiente.
Por eso, empresas como Rolls Royce han encabezado proyectos en donde empresas especializadas en técnicas de fabricación aditiva, impresión en 3D, fusión selectiva por láser (SLM) y deposición de metal mediante láser (LMD), desarrollan nuevas tecnologías para producir componentes de aviación y refacciones para motores de aviones.
Proyecto Merlin
Uno de los proyectos europeos más importantes para el desarrollo y aplicación de técnicas aditivas para la fabricación de piezas de aviación fue el denominado Proyecto Merlin, que concluyó el 31 de diciembre de 2014 y en donde participó la empresa española IK4, además de Rolls Royce, GKN, MTU, Turbomeca e ITP, entre otros.
En este proyecto se perfeccionaron las técnicas de fabricación de piezas con diseños y estructuras complejas, con un nivel de optimización y eficiencia muy elevados y que además, contribuyen a reducir el impacto medioambiental del transporte aéreo.
Estas técnicas de fabricación van a permitir que la industria aeroespacial y aeronáutica pueden desarrollar procesos de manufactura de piezas con diseños completamente novedosos, con formas prácticamente inalcanzables con los métodos tradicionales y con la ventaja de ser estructuras mucho más ligeras con un alto desempeño.
Además de un importante ahorro económico y de materiales, ya que según datos de Rolls Royce, para la fabricación de un motor para avión de aproximadamente 7 toneladas totales, se necesitan alrededor de 28 toneladas iniciales, lo que implica un desperdicio de 75% del material.