Mediante este proceso es posible lograr un doblado sin arranque de viruta, simplemente basado en la deformación y presión que se la hace al material. Sin embargo, es fundamental tener en cuenta factores como la recuperación elástica, el tipo de plegado que se busque y el sentido de las fibras.
El Proceso
Para realizar el plegado de chapa se utiliza una prensa conformada por un punzón y una matriz que serán los encargados de realizar la presión sobre la chapa. Se utilizarán dos ejes: uno neutro (zona interior) y otro exterior.
El primero simplemente se comprimirá para poder darle estabilidad, mientras que el segundo será el encardo de realizar todo el proceso de doblado mediante la presión ejercida. Durante el plegado es posible evidenciar un adelgazamiento en el centro de la chapa, justo en el codo.
Es importante tener en cuenta el sentido que lleven las fibras de la chapa para optimizar el proceso. Utilizándolas como referencia para el doblado y a favor de las mismas, se puede garantizar un mejor comportamiento de la pieza, mejor calidad del terminado y una mayor durabilidad.
Por último, vale la pena mencionar también que la relación entre la tracción y la compresión generar una recuperación elástica, la cual es posible compensar rebajando la zona de compresión o realizar un doblado en un valor superior al requerido.
Otras técnicas usadas para la deformación plástica sin arranque de viruta son el trefilado, estirado, repujado, embutido y estampado de metales.
Imagen cortesía de markyweiss (Flickr.com), licencia CC BY 2.0